• Mostrar tags

    marzo 15th, 2021

    UNIDAD IZTACALCO

    Imanol Ordorika, J. Francisco Serrano y José R. Nava Requesens.

    Ciudad de México, 1973

    Resúmen

    El trabajo explora la transformación arquitectónica de los espacios exteriores en la vivienda de interés social en la Ciudad de México, aborda, como caso de estudio la Unidad Habitacional Iztacalco cuya importancia radica en que está identificado como un modelo que fue repetido (con variaciones) en la ciudad e incluso otras regiones de México.

    En un país con una situación demográfica como la de México es entendible que el modelo de arquitectura moderno importado de Europa, no fue el más apropiado para un proyecto de vivienda social de bajos recursos en un país, donde el alto crecimiento de población junto con una economía precaria en donde el número de hijos por familia dista mucho de lo que sucede en países como Francia, España o Alemania por mencionar algunos.

    En estos casos el espacio es un recurso, los balcones, terrazas e incluso jardines (en las plantas bajas) son entendidas como un “lujo” o amenidad completamente prescindible y desechable, en una suerte de horror vacui en donde cualquier vacío, o rincón puede y debe ser ocupado para algo útil.

    La pobreza es una razón para la supervivencia y resulta de ella una compleja colección de modelos de apropiación, adecuación y embellecimiento del hogar, siendo esta ocupación del vacío,sólo una muestra más de tan profundo fenómeno que, además, gracias quizá a su precariedad, deja de manifiesto el poder creativo de quienes enfrentan estas condiciones en nuestras sociedades.

    SALDARRIAGA, Alberto, Arquitectura para todos los días, Ed. Universidad Nacional, Colombia, 1988, p.85.

    Interés de la investigación

    El interés surge a partir de una publicación del patronato del INFONAVIT, llamada “Concreto Vivo” con fotografías de Pedro R. Span y textos de Fernando Ceasarmann. Las fotografías tomadas durante un periodo de un mes de visitas a la Unidad son un testigo de una serie de manifestaciones espaciales como la ornamentación de tiendas, la personalización de hogares,la instalación de tianguis a lo largo de los estacionamientos, tendederos improvisados sobre los materiales de la fachada y otros que iban de un lado de la ventana al otro. “Infonavit-Iztacalco no es un museo: es un barrio, un conjunto habitacional que, gracias a quienes lo gozan, lo juegan y lo duermen, puede adquirir la belleza que sólo emerge cuando hay o ha habido pasión”, escribió Fernando Cesarman en el breve texto que acompaña a este ensayo fotográfico.

    Una de las manifestaciones más visibles, constantes y quizás tectónicas que ha sufrido el conjunto es la incorporación del espacio exterior al interior. El fenómeno no es exclusivo de esta unidad habitacional, sino que puede ser observado por toda la Ciudad de México; un conjunto de usuarios toma la iniciativa y comienza a hacer más grande su lugar de vivienda, todo ello dictado por un espacio que fue diseñado de una manera que a ojos del usuario es ilegible. La unidad Iztacalco es un ejemplo claro y certero de apropiación y modificación por medio del usuario. Es destacable también el consenso comunitario que surge con estas modificaciones promoviendo auto-organización y la propagación de los métodos constructivos y ornamentales.

    En la vivienda de interés social el espacio exterior tiene una connotación pública y al no ser percibido como propiedad privada es entendido como una pérdida económica. La lectura del espacio exterior como algo absolutamente prescindible e innecesario cobra un interés especial en un contexto pandémico, en donde los estudios han demostrado durante mucho tiempo que el acceso y disfrute de espacios verdes o abiertos a menudo está relacionado con los ingresos, especialmente en las grandes ciudades.

    El Infonavit contempla desde su creación el interés y necesidad de realizar estudios de investigación relacionados al diseño y construcción de vivienda, durante estos años surgen dos proyectos editoriales: la gaceta Informavit (1974-2006) y la revista Vivienda (1975-1994. En 2017 resurge la iniciativa por recuperar la importancia y visión de esta publicación, en el primer número se comparten proyectos de investigación que fortalecen nuestra aproximación histórica, urbana, arquitectónica, económica y social sobre la vivienda en México. En este número se habla del filósofo canadiense Marshall McLuhan y su visita a México pero especialmente a los conjuntos Iztacalco, con 5 mil 691 viviendas y El Rosario con 17 mil 263. Ambos notables equipamientos urbanos con más del 50 % de área libre y tipologías de 50 a 104 m2. Mc Luhan recalca que la vivienda no es el mensaje, es el medio ambiente” y que “un programa de vivienda es realmente un programa piloto de educación, re-educación y vida en este siglo”. lo importante de la vivienda no radica solamente en la casa sino en el entorno, el diseño global y sus efectos colaterales. En una entrevista publicada en el tercer número de la revista Vivienda, decía que lo relevante para habitar son los tipos de vida: “la vivienda, su diseño global, el medio ambiente creado por ella, transmiten un lenguaje, comunican algo a quienes los viven. La principal clave para una ciudad inteligente no es la tecnología, es la gente inteligente. La forma y disposición de las casas determina exactamente la relación que habrá entre sus miembros.

    Objetivo

    No existe al día de hoy un estudio claro acerca de los comportamientos, modificaciones y “trucos” a los que han recurrido los usuarios de una de las unidades habitacionales más icónicas de México. Se propone indagar en el conocimiento de la cultura popular en la Ciudad de México y la forma en la que esta interpreta y se apropia de formas arquitectónicas tradicionales e importadas.

    En la tesis de Maestría “Procesos de apropiación del usuario de la vivienda de interés social en la Ciudad de México” Rene Gabriel Pacheco Revilla identifica una serie de comportamientos o respuestas alternativas de utilización del espacio, incentivadas por una amplia permisividad. Estas expresiones tienen relaciones entre sí, sus motivos,expresiones concretas o resultados tienden a cruzarse, , un comportamiento puede estar basado, en primera instancia, en una simple práctica lúdica de la comunidad que al ser repetido e re interpretado entre los vecinos se afianza en las prácticas de modificación de la unidad Iztapalapa que está intrínsecamente relacionada conceptual, arquitectónica e históricamente a la unidad Iztacalco.

    Este trabajo busca estudiar las respuestas y soluciones de ocupación alternativas de los espacios exteriores y/o abiertos propuestas por los usuarios de la unidad habitacional Iztacalco. Ejemplificar las contradicciones existentes entre el modelo propuesto por Imanol Ordorika, J. Francisco Serrano y José R. Nava Requesens en 1973 y las modificaciones hechas por los usuarios a lo largo del tiempo.

    Resulta necesario comprender e ilustrar el fenómeno de rechazo o prescindibilidad de los espacios exteriores o públicos en la vivienda social en México y la ocupación permanente de los vacíos, tema que cobra un especial interés en un contexto pandémico en donde los espacios exteriores han cobrado una mayor importancia. Es a través del redibujado realizado a lo largo del seminario que podemos entender claramente el tipo de intervenciones y apropiaciones realizadas en el conjunto.

    La vivienda social en México, el derecho al habitar

    Gran parte de la población de bajos recursos en México vive en asentamientos informales o irregulares, en 1992 se podía encontrar en la Ciudad de México a 6.6 millones de personas viviendo en esta condición en un espacio de 348 kilómetros cuadrados y de 1950 a 2010 la tasa de propiedad de vivienda creció de 25 a 70% esto en gran medida gracias a la autoconstrucción informal.

    En México, al igual que en muchos otros países del mundo, existen una serie de políticas gubernamentales con el fin de garantizar el derecho a la vivienda a su población de forma regularizada. En México existen dos organismos encargados de gestionar el financiamiento para la vivienda: el INFONAVIT y el FOVISSSTE.

    Derivado de una modificación a la constitución mexicana que obliga a los patrones a hacer aportaciones para la creación de un Fondo Nacional de Vivienda en 1972, en México se instauran dos instancias gubernamentales para el otorgamiento de créditos destinados a la vivienda para los trabajadores: por un lado, el Fondo de Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE), que provee de vivienda únicamente a los trabajadores del Gobierno Federal. Por otro lado, en el mismo año se crea el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), que otorga créditos a los empleados de patrones privados, es el mayor financiador de vivienda en México y que tiene por objeto:

    • Administrar los recursos del Fondo Nacional de la Vivienda
    • Establecer y operar un sistema de financiamiento que permita a los trabajadores obtener crédito barato y suficiente para: la adquisición en propiedad de habitaciones cómodas e higiénicas y la construcción, reparación, ampliación o mejoramiento de sus habitaciones.
    • Coordinar y financiar programas de construcción de habitaciones destinadas a ser adquiridas en propiedad por los trabajadores

    El INFONAVIT, organismo que, al menos en un principio planteaba el principio de que la economía y la racionalización en el uso del espacio de ninguna manera es equivalente a pobreza en el diseño, es una instancia que fue originalmente creada para organizar el apoyo patronal para la asignación de viviendas y que partió de la excelencia en sus principios para arribar, a finales del siglo XX y principios del XXI, a la miseria en la calidad dejando en manos de especuladores de la construcción la producción de proyectos de habitación.

    El FOVISSSTE, por otro lado, es la institución que otorga créditos sólo a los trabajadores del Estado y lo hace únicamente por medio de sorteos, de 120,000 aspirantes al préstamo, sólo 20,000 son seleccionados anualmente.

    Es difícil intentar definir el concepto de “vivienda de interés social” como tal, ni en la Ley de Vivienda o en la Constitución Política Mexicana se menciona el término. Es el “Código de edificación de vivienda”, publicado en 2010 por la CONAVI, el primero en mencionarlo, de donde se puede extraer que la “vivienda de interés social” es la que tiene entre 30m2 y 62.5m2 y tiene un costo entre los 118 y 350 salarios mínimos mensuales. Por otro lado, la SEDUVI, clasifica a la “vivienda de interés social” como “la vivienda cuyo precio máximo de venta al público es de 15 salarios mínimos anuales”, ambas clasificaciones, una por parte del Gobierno Federal (CONAVI) y otra del gobierno local (SEDUVI), difieren considerablemente.

    La vivienda multifamiliar en México

    En la producción de vivienda, en particular, en la vivienda de interés social, existen al menos dos tipologías básicas: la vivienda unifamiliar y la vivienda multifamiliar, término apuntado por el arquitecto Mario Pani en los años cuarenta para referirse a una tipología que explotó durante la modernización en México después de la revolución, sobre todo en la capital del país. Es un conjunto de este género, la unidad habitacional Iztacalco, el que se analizará en un caso de estudio en este documento. Es importante entender el origen de la vivienda multifamiliar y su implementación en México.

    A principios del siglo XX, la arquitectura en México se enfrentó a una reformulación en materia de vivienda. Primero, con la finalización de la Revolución Mexicana y con ello la generación de nuevas ideas, como la de la “seguridad social” que incluía la obligación por parte del gobierno de proveer a la población de vivienda digna. En segundo lugar, la llegada del Movimiento Moderno proveniente de Europa. En México, la arquitectura habitacional multifamiliar comienza con el rompimiento de modelos de vivienda tradicionales como lo eran las “vecindades”, conjuntos que resolvían la demanda de vivienda de la ciudad en donde un grupo de familias rentaban uno o dos cuartos de una gran casa con un patio central compartido pero que con el aumento en la densidad en la ciudad ya no daba solución a la demanda de vivienda, además de la necesidad de erradicar esas viviendas precarias que en algunos casos representaban un problema de salubridad e higiene ambiental.

    El modelo colectivo de vivienda en México fue finalmente adoptado en el año de 1950 como respuesta a las necesidades de una población con un crecimiento acelerado, pasando de 1 millón de habitantes en la ciudad de México en el año 1921 a triplicar su población con 3 millones de habitantes en 1950.

    La Ciudad de México es la más poblada dentro del territorio mexicano, con un total de 8’912,820 de habitantes que residen en 2’601,323 de viviendas. De acuerdo con los censos de inegi, la vivienda se clasifica en: casa, departamento en edificio, vivienda en vecindad, otro tipo de vivienda (cuarto en la azotea de un edificio, local no construido para habitación, vivienda móvil y refugio), y no especificada. De estas, la vivienda unifamiliar representa un 64.57%; la multifamiliar, 29.85%; la vecindad, 4.08%; otro tipo de vivienda, 0.35%; y no especificada, 1.15%. (inegi, 2017).

    En el Congreso Internacional de Planeación y de la Habitación celebrado en la ciudad de México en 1938 el arquitecto Enrique de Anda expone los principios que identifica como los temas relevantes del congreso:

    Crítica a los desarrollos horizontales y se presenta la propuesta para hacer edificios verticales.
    La presentación del proyecto de Ciudad Obrera por parte de la unión de arquitectos socialistas.
    La planeación como proyecto de racionalización y modernización del país.
    El inicio de la enseñanza formal de la planeación en el Instituto de Planificación y Urbanismo.

    La circulación de dichos temas con el paso del tiempo terminan siendo fundamentales en la gestación del núcleo teórico que dio paso a la implementación de los multifamiliares en México.

    Existen algunos ejemplos precursores de la vivienda multifamiliar proyectados antes del Congreso Internacional de Planeación y de la Habitación de 1983. La “Casa Obrera Mínima”, de Juan Legarreta, primer lugar en el “Concurso de la Vivienda Obrera” de 1932, que aunque es una propuesta de conjunto habitacional unifamiliar horizontal, fue el primer ejemplo de vivienda para trabajadores financiada por el gobierno. Por otro lado, el segundo lugar de dicho concurso “Proyecto Transición”, de Juan O’Gorman, constituye uno de los primeros y grandes precursores de la vivienda multifamiliar.

    Después de estos precedentes, es a finales de la década de los cuarenta cuando en México surgen los denominados “multifamiliares”, edificios de varios niveles que alojan familias en secciones independientes denominadas “departamentos”. El primer conjunto multifamiliar icónico y considerado como la primer supermanzana residencial en América Latina, el Centro Urbano Presidente Miguel Alemán, es diseñado y construido en 1949 por el arquitecto Mario Pani para 5,400 habitantes y aplicando los conceptos de vivienda masiva de Le Corbusier (principalmente expuestos en la Unidad Habitacional de Marsella). Otro de los conjuntos iniciadores de la tradición de los multifamiliares fue la Unidad Vecinal Número 9, Modelo, iniciada en 1949 y de la autoría también de Mario Pani para 15,000 habitantes. Estos primeros ejercicios serían supervisados por el gobierno con promoción privada e inversión mixta: privada y pública.

    Posteriormente aparecen los primeros proyectos financiados completamente por el gobierno. Primero con la Unidad Independencia, de los arquitectos Alejandro Prieto y J. María Gutiérrez en el año 1962, después en 1964 con el Conjunto Urbano Presidente Adolfo López Mateos, de Mario Pani, diseñado para albergar a 11,916 habitantes. Esta nueva forma de producir vivienda permitía construir grandes complejos habitacionales para gran número de habitantes, mediante la repetición en serie, construyendolos a bajo costo y en poco tiempo.

    En 1972 con la creación del INFONAVIT se construye la Unidad Habitacional Infonavit Iztacalco, de los arquitectos Imanol Ordorika, Francisco Serrano, José R. Nava ,este conjunto con una densidad poblacional mucho menor a los grandes complejos antes mencionados, pero también de gran tamaño, hereda los principios de diseño de los multifamiliares de la década de los cuarenta, cincuenta y sesenta, con amplias áreas de jardines y zonas de convivencia para la comunidad, este conjunto no es de gran altura, ya que solo contaba con planta baja y únicamente cuatro niveles, además de vivienda dúplex y unifamiliar. La importancia radica en que se identifica como un modelo que se vería repetido, con algunas variaciones, por toda la ciudad, inclusive en algunas regiones de México, con la entrada de los desarrolladores inmobiliarios dejando de lado los proyectos donde se estudiaba el lugar, contexto y las condiciones particulares de cada emplazamiento.

    Actualmente, con el dominio total de los empresarios en la promoción, producción, diseño y construcción de vivienda y la participación del gobierno reducida como un mero financiador para los conjuntos habitacionales, recuerdo de aquellos modelos de vivienda multifamiliar siguen siendo utilizados por la mayoría de los desarrolladores inmobiliarios en México repitiendo al infinito un modelo que, en el mejor de los casos, presenta sólo ligeras variaciones, pero además, sin la intención de procurar la habitabilidad del conjunto y la búsqueda de elementos que incentiven la vida en comunidad, cosa que sus antecedentes pretendía infundir.

    La Unidad Habitacional Infonavit Iztacalco

    La unidad fue construida en 1973 un año después de la creación del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (INFONAVIT) que nació con el objetivo específico de proporcionar vivienda de bajo costo para los sectores de la población de bajos ingresos. A la fecha, es sin duda el organismo de vivienda más importante en el país, tanto por los recursos económicos de que dispone, como por los mecanismos financieros creados para la apropiación y manejo de los mismos.

    El proyecto tenía la intención de construir viviendas para los trabajadores de varias de las fábricas instaladas en los alrededores del terreno que habitaría la unidad. El proyecto nació cuando él no todavía presidente de la Republica Adolfo López Mateos, en sus papel de Secretario de Trabajo en 1958, fue testigo de una huelga por parte de los sindicatos de trabajadores del país que exigían se les proporcionará una vivienda digna.

    La Unidad Iztacalco a cargo de los arquitectos Imanol Ordorika, J. Francisco Serrano y José R. Nava Requesens fue un conjunto basado en algunos de los principios de diseño de los primeros multifamiliares (vivienda en altura, en supermanzana, con áreas comunes, etc.), y buscó incluir también servicios comunitarios, locales comerciales y zonas de esparcimiento,plazas y jardínes, aunado a esto, la unidad se construyó a lado de una de las vías más modernas de la época, la Avenida Río Churubusco, que aseguraba (a futuro) que la unidad tuviera plusvalía.

    Se construyeron 5,691 viviendas para un estimado de 30,200 habitantes a lo largo de siete “manzanas”. Éstas estaban divididas en bloques de lotes unifamiliares, dúplex y torres multifamiliares, de 4 niveles, con cuatro o dos viviendas por planta, al interior de las manzanas se colocaron calles y andadores de acceso, ya que los estacionamientos estaban en la periferia de los edificios. Al centro del conjunto se encontraba la zona de recreación general: un lago haciendo alusión al pasado lacustre de la Ciudad, una gran plaza de reunión, dos pequeños teatros al aire libre, jardines y áreas de juegos para niños, rodeadas por árboles, plantas y locales comerciales.
    Todos los habitantes de la unidad compartían las áreas comunes, las cuales se conectaban con un andador principal.

    Los diferentes modelos de viviendas divididos en bloques de lotes unifamiliares, dúplex y torres multifamiliares de 3 ó 4 niveles, con cuatro o dos viviendas por planta. Los edificios se conectaban a los los estacionamientos, encontrados en la periferia de la unidad. En los lugares de estacionamiento se encontraban pintadas en el pavimento marcas que delimitaban canchas de fútbol o básquetbol con la idea de que niños y jóvenes podían usarlas por las tardes, ya que en el día las personas tomaban sus vehículos para salir a trabajar y volvían hasta la noche, cuando los niños ya no se encontraban jugando en la calle.

    El proyecto cuenta con 4 distintas tipologías, diseñadas para distintos habitantes con necesidades distintas. En este trabajo nos centraremos en la tipología tipo ‘’herradura’’ que fue pensada originalmente como pequeñas casas para familias de hasta 6 integrantes. Dicha tipología constaba originalmente de 10 unidades por nivel, en la planta baja un departamento de dos habitaciones, con un área de 70m2 interiores y con una terraza de 20m2. El departamento del primer nivel, el más chico del edificio, con un área de 60m2 y una terraza de 20m2 también con dos habitaciones. Por último en el segundo y tercer nivel, un departamento tipo duplex de 120m2, tres habitaciones y una terraza de las mismas dimensiones que los departamentos inferiores, es decir 20m2.

    A lo largo de los años la unidad Iztacalco ha sido transformada y adaptada por sus usuarios, lejos de lo estático el edificio es testigo de una serie de respuestas y alternativas de utilización del espacio frente al modelo propuesto en 1973. La investigación se centra en las modificaciones hechas en los espacios exteriores: Balcones, terrazas, jardines o plazas del conjunto.

    La necesidad de modificar, alterar y apropiarse

    En el libro “Extending themselves : user-initiated transformations of government-built housing in developing countries” de A. Graham, describe la forma en que las personas se adaptan a su vivienda en los países industrializados, donde los hogares suelen tener la opción de mudarse de casa o de quedarse y hacer cambios a través de mejoras en la vivienda, la opción de “mudarse o mejorar”. Es obvio que, a medida que una familia aumenta de tamaño por la incorporación de hijos u otras personas dependientes, o se reduce cuando los hijos se van para casarse y formar sus propias familias, las necesidades y demandas de espacio cambiarán.

    En el libro se menciona también que hay acontecimientos puntuales a los que llaman desencadenantes, como la llegada de los hijos o de los abuelos, que aumentan notablemente el estrés en la vivienda. Sin embargo, pueden ser aparentemente menos dramáticos, por ejemplo, cuando los hijos empiezan a ir a la escuela. Es obvio que uno de los principales factores que contribuyen a la transformación de los departamento es probablemente la escasez de espacio para dormir: la principal necesidad de vivienda parece ser la de más espacio. La eficacia de la transformación a la hora de proporcionar más espacio es, por tanto, una de las principales preocupaciones de este documento. En un país subdesarrollado como México, la posibilidad de mudarse de casa conforme crece la familia raramente es una alternativa, por lo que la respuesta suele ser la adaptación o transformación de la vivienda. Desde la subdivisión de espacios interiores hasta la incorporación de áreas exteriores, muchas veces áreas comunes pertenecientes a los conjuntos habitacionales.

    La apropiaciones en Iztacalco

    Es importante entender que aunque los cambios y modificaciones hechas por los usuarios pueden violar los códigos de construcción y poner en peligro edificios enteros también pueden aumentar el metraje, la eficiencia y la comodidad, mejorando la calidad de vida de los habitantes por un bajo costo y tiempo de ejecución, las modificaciones de escala doméstica y su impacto se han ignorado durante mucho tiempo en la academia sin tomar en cuenta que estas modificaciones se encuentran en la gran mayoría de los conjuntos multifamiliares de vivienda en México y América Latina lo que sugiere que no son solamente un método local para abordar problemáticas de vivienda sino una respuesta común a la precariedad habitacional.

    En la Unidad Habitacional Iztacalco podemos encontrar dos tipos de apropiaciones importantes. Por un lado, y siendo este tipo de alteración la más representativa en cuanto a la imagen del edificio en sí, es la apropiación de las terrazas exteriores. Estos cambios generados por los usuarios con impacto en la imagen urbana es decir a vista del público son quizás también los más criticados, pero también los más repetidos en distintas tipologías y ciudades alrededor del mundo. Esta simple acción de apropiación de balcones y terrazas brinda almacenamiento adicional, regula la temperatura o la acústica e incluso provee de una habitación extra a las familias que la realizan.

    El edificio diseñado con niveles que se van remetiendo conforme subes en altura, genera una serie de terrazas en todos los niveles, buscando dotar de un espacio exterior que no representaba un costo importante en el presupuesto de obra, pero que dotaba al habitante de un espacio de encuentro y vistas hacia el lago central.
    Sin embargo dicho espacio exterior a lo largo de los años ha sufrido considerables modificaciones, los habitantes al no tener opción para mudarse a departamentos o casas de mayor tamaño conforme crece la familia, se vieron obligados a modificar las unidades que ya habitaban, siendo la apropiación de las terrazas exteriores la alteración más lógica. De esta forma los departamentos de dos recamaras lograron duplicar el número de habitaciones, logrando albergar hasta ocho personas, número de integrantes que se acercaba mucho más al número promedio de miembros en una familia mexicana en la década de los años setenta y ochenta.

    Es interesante destacar el carácter liminal de un elemento arquitectónico como el balcón, un umbral que juega un doble papel entre el exterior y el interior lo público y lo privado la casa y la calle. Sentarte en un balcón es al mismo tiempo apegarte y desapegarte de cualquiera la casa o la calle. Especialmente en climas cálidos como el de la Ciudad de México el balcón juega también un papel termodinámico importantísimo dejando entrar el aire fresco y salir el aire caliente. Sin embargo, esta serie de características lo convierten en un espacio libre de uso definido como un canvas listo para la interpretación del usuario el balcón puede ser: un lugar de ocio: para descansar, observar a los vecinos, hacer un asado, puede ser también un apoyo para las labores domésticas, en donde secar la ropa, sacudir alfombras o bañar a las mascotas, muchas veces se convierte en una especie de armario exterior en donde poner lo que ya no sirve pero podría arreglarse, las plantas que no tienen mucho remedio pero podrían tenerlo etc.. este carácter de comodín espacial sobre todo en contextos de precariedad espacial es muchas veces entendido como un “y esto para que lo quiero?” cuando hace falta espacio y sobra gente en la casa el balcón se cierra y se vuelve un comodín, una pequeña oficina, un cunero o una extensión del salón. Todas estas posibilidades ilustran el carácter libre y redefinible de este espacio, es quizás el rincón más atractivo para modificar y usar para el beneficio propio en una vivienda.

    El cerramiento de terrazas no solo sirve para aumentar el espacio interior de los departamentos, también se puede traducir como una forma de independencia y de autonomía por parte de los habitantes, es decir, alzar la voz y darle un carácter propio a sus departamentos. De esta manera podemos observar que las intervenciones, lejos de respetar el carácter austero del proyecto original con sus muros de hormigón y aplanado sencillo, incorporan técnicas de construcción populares como arcos de medio punto o acabados más complejos y apegados a la cultura popular.

    Según Heidegger habitar es la manera que tenemos los seres humanos de pertenecer, relacionarnos y por lo tanto ser, habitar está directamente conectado a cualquier acto de construcción o modificación del ambiente es decir construir es en sí mismo ser y habitar. De la misma manera modificar y personalizar nuestro entorno es una forma de comunicarnos relacionarnos con el mundo y formar parte de él. Habitamos un entorno heterogéneo e inestable, y es solamente a través de proyectos y construcciones que contemplen esta complejidad que podremos acercarnos a soluciones más humanas y correctas. La perfectibilidad y adecuación tanto de los acabados como de la espacialidad de una vivienda están ligadas a diferentes requerimientos y necesidades siendo la búsqueda de identidad y personalización una sumamente importante.

    Cuando el usuario toma la decisión de hacer modificaciones puramente estéticas en su fachada este transmite un mensaje al resto de los usuarios y por lo tanto a la ciudad y su entorno.

    El otro tipo de apropiación por parte de los habitantes de la Unidad Habitacional Iztacalco, nada tiene que ver con la escala doméstica del cerramiento de terrazas, aparece a nivel del conjunto con la apropiación del espacio central en donde alguna vez se encontró el lago artificial.

    El lago, uno de los elementos más importantes del conjunto habitacional, donde los habitantes del conjunto daban paseos en lancha, los niños y jóvenes se refrescaban, desapareció tan solo un par de años después de haber sido inaugurada la unidad, cuando un fuerte sismo ocurrió en la Ciudad de México en 1979, ocasionando una serie de grietas que generaron su paulatina sequía.

    Durante muchos años el área central permaneció en completo abandono, convirtiéndose en un área conflictiva de la unidad, con problemas de acumulación de basura y problemas de seguridad.
    En años más recientes, los vecinos, sin la participación del gobierno, decidieron retomar el espacio central, y aunque ya sin lago artificial, comenzaron la apropiación del sitio mediante la implementación de espacios deportivos y de convivencia, así como con el sembrado de árboles y áreas verdes que ayudaron a que los vecinos tomaran mayor conciencia de esas áreas evitando así el problema de acumulación de basura y como consecuencia disminuyendo la inseguridad mediante la implementación de luz eléctrica que permitía una mayor ocupación durante las noches.
    Este otro tipo de apropiación de carácter más urbano, tiene como consecuencia la integración de los vecinos de la unidad que muchas veces no tienen contacto alguno entre ellos.

    Conclusiones

    Después de haber cursado el seminario ‘’Time Builds (E/In)volución de arquitecturas pasadas’’impartido por el Dr. Luis Palacios Labrador, en donde pudimos conocer distintos casos de estudio en donde el tiempo ha transformado y modificado drásticamente proyectos habitacionales, me parece sumamente importante destacar el papel del usuario al momento de proyectar las edificaciones, ya que son ellos los que con los años realizarán las modificaciones pertinentes, en muchos de los casos vistos en clase, la incorporación de tradiciones, costumbres y formas de vida, podría haber previsto algunas de las modificaciones realizadas. En el caso de la Unidad Iztacalco, la importación de modelos europeos, implantados en un contexto totalmente ajeno para el que fueron pensados originalmente tiene como resultado un claro fracaso del proyecto pensado por los arquitectos originalmente, después de ver las fotografías en el catálogo de concreto vivo, y visitar la unidad el día de hoy, poco queda de la belleza austera con la que fue conceptualizado el edificio, y aunque si bien se podría decir que el fracaso es para los arquitectos proyectistas, los ocupantes del conjunto terminan ganando mediante la personalización de sus viviendas, la manifestación de gustos no impuestos y la ampliación de metros cuadrados en sus viviendas.

    Bibliografía

    • ANDRADE, Jorge, Viviendas en proceso, en Andrade, Jorge y Carvallo, Everardo, coordinadores, La vivienda popular en México. Retos para el Siglo XXI, Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco, México, 2011.
    • BOILS M., Guillermo, Diseño y vivienda pública en México. Prototipos habitacionales de cuatro organismos gubernamentales de vivienda, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México, 1995.
    • GALLEGOS, Jorge, Las unidades habitacionales de interés social en la Ciudad de México (caso de estudio la unidad Infonavit Iztacalco), Ciudad de México, México, 1995.
    • PACHECO, René Gabriel, Mensajes, procesos de apropiación del usuario de la vivienda de interés social en la Ciudad de México. Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México, 2015.
    • PENCHYNA, David, Vivienda Infonavit. Tercera época, volumen 1, número 1, noviembre 2016. Publicación del Centro de Investigación para el Desarrollo Sostenible (CIDS) del Instituto Nacional del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). Barranca del Muerto 280, Col. Guadalupe Inn, Ciudad de México, México, 2010.

    vista áerea en google maps de la unidad habitacional en el 2005

    luis palacios